Periconeada en Tepoztlán
¡Ya viene la Periconeada!
Morelos es un lugar muy rico en tradiciones, una de ellas es la Periconeada, una celebración que se realiza el 28 de Septiembre de cada año en el Pueblo Mágico de Tepoztlán.
Se festeja al Santo Patrón El Arcángel San Miguel, y es el día de la elotada y periconeada, el pericón, es una flor amarilla asociada a la temporada de cosecha del maíz, con un muy agradable aroma, para éste festejo los pobladores compran sus cruces o van al campo a cortar flores, las cuáles amarran con hilo de cera, posteriormente son llevadas a bendecir y colgadas en puertas y ventanas.
En el Centro de Tepoztlán se pueden apreciar las mujeres que llevan sus cubetas llenas de pericón,y ahi mismo forman la cruz, podrás ver de todo, desde una cruz sencillas hasta unas entrelazadas y de diversos tamaños.
Las tradición nos dice que la noche del día 28 el diablo se escapa de su cárcel deambulando toda la noche metiéndose en las casas y sembrando mal en el corazón de la gente, y la cruz de pericón es la única que evita que entre a sus casas.
Al terminar la misa, las familias se dirigen a Amilcingo, una zona de siembra, para ello las mujeres ya deben llevar empacado una canasta con con comida para llevar al campo, desde refrescos, mayonesa, queso rallado, algunas preparan salsa verde mientras que otras llevan chile en polvo, tortillas, cecina, crema, aguacates, y limones.
Al llegar unos prenden la lumbre, y otros van en busca de elotes en las milpas, mientras los niños se divierten un rato, ya que el fuego se encuentra listo , se da a paso a la elotada, poniendo los elotes en el asador con todo y hojas hasta dorarse y entonces todas las familias disfrutan del delicioso sabor.
Ya que se acabaron los elotes, ponen en comales tortillas y carne para prepararlos con aguacate, sacan el chicharrón, la crema y el pico de gallo, acompañados de una buena cerveza o un ponche de naranja dulce. Algo muy bonito de esta tradición es que reúne a toda la familia y por lo general todos los adultos forman un circulo, siendo el turno de los abuelos quienes son los encargados de contar historias de terror o bien de su niñez en el pueblo.
Al caer la noche, es hora de recoger e ir a casa, contentos de que el demonio esta vez no podrá entrar a sus hogares.